Recién, cumplidos los cuarenta y sigo sin novia. La verdad es que tengo varias amigas que no dudarían en acudir a mi llamada.
El problema es que son mujeres de mi edad y aunque son personas nobles y educadas, físicamente dejan mucho que desear.
A mi me gustan las chicas jóvenes, con buenos pechos y sobre todo que tengan un trasero que llame la atención.
Mis padres me dicen que me voy a quedar «para vestir santos» y mis amigos dicen que soy un «escogido»; su consejo es «agua que no puedas beber, déjala correr».
Las opiniones de mis allegados no me afectan para nada. Lo que si me ha hecho pensar es el sabio consejo de la experiencia acumulada a lo largo de muchos años.
El Consejo de mi Güela: