El Presidente del Gobierno y el burro

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Cierto día, el Presidente del Gobierno se levantó con ganas de ir a pescar.
Llamó a su hombre del tiempo  y le preguntó el estado del mismo para las próximas horas.
Éste lo tranquilizó diciéndole que podía ir tranquilo pues no llovería.
La novia del Presidente vivía cerca de donde éste iría y se vistió con sus mejores galas.
Ya en camino se encontró con un campesino montado en su burro, este al ver al Presidente le dijo:
– “Señor es mejor que se vuelva pues va a llover muchísimo.”

Por supuesto el presidente siguió su camino pensando:
– “Que sabrá este tipo si tengo un especialista muy bien pagado que me dijo lo contrario.  Mejor sigo adelante.”

Y así lo hizo… y, por supuesto llovió torrencialmente.
El Presidente se empapó y la novia se rió de él al verlo en ese estado.


Furioso volvió a La Moncloa y despidió a su pronosticador.
Mandó llamar al campesino y le ofreció el puesto, pero éste le dijo:
– “Señor, yo no entiendo nada de eso, pero si las orejas de mi borrico están caídas quiere decir que lloverá”

Entonces el Presidente, contrató al burro.

Así comenzó la costumbre de contratar burros como asesores.

¡¡AHORA ENTIENDO, POR FIN, MUCHAS COSAS.!!

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