.
En el siglo tercero antes de Cristo, un matemático, físico, inventor y astrónomo griego, llamado Arquímides de Siracusa, dijo:
– «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo»
En el siglo veintiuno, un chigrero y escanciador asturiano llamado Pelayo Llaneza, dijo:
-«Dadme una caja de sidra y el mundo se moverá solo»