
.
Bajo un sombrero de paja
y con un sol de cuarentena
José, repasa con los dedos
y no le sale la cuenta.
Si yo sembré la semilla
y la regó mi sudor;
si le he dado la vuelta al mundo,
con las ruedas de mi tractor—-
Ahora que tengo el fruto
se lo lleva otro señor,
lo que nada vale hoy,
mañana triplica su valor.
Desde un sillón recolecta
el esfuerzo y la labor
sentado en un despacho
con un palmo de ordenador.
¡Qué poco vale el trabajo,
del humilde agricultor!