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Tradición casi centenaria y que se sigue manteniendo en Castrocalbón gracias al esfuerzo y sacrificio de un grupo de adolescentes.
Ser Quinto implica dejar de ser un niño y entrar a formar parte de los adultos. Aunque nos parezca muy lejano, no hace mucho que los varones, al cumplir los dieciocho años, eran llamados a filas; tenían que cumplir con el Servicio Militar Obligatorio.
La fiesta de los quintos celebra esa mayoría de edad y a la vez despide a esos hombres que alejados de sus seres queridos, serán durante doce meses militares velando por la defensa de nuestro País.
Hoy a desaparecido la mili, pero la tradición de los quintos se mantiene. Es una obligación que nos vamos pasando año tras año…. se lo debemos a nuestros padres, a nuestros abuelos.
¡¡No nos engañemos!!, la Fiesta de los Quintos no solo es una una juerga. También requiere esfuerzo, trabajo, penas y sacrificio.
El objetivo final consiste en colocar , en la Noche de Reyes, un ramo de pino y otro de laurel en cada casa de esta localidad.
Los preparativos comienzan meses atrás. Reuniones para organizarse. Se necesitan permisos; ¿a qué monte vamos por los ramos?; ¿ de donde sacamos el laurel?¿ cuando vamos a cortar los pinos?; necesitamos tractor y remolque; caramelos y tarjetas de felicitación…..
Vivimos en una época donde casi todo se hace por internet. Digo casi todo… La Fiesta de los Quintos no se puede organizar a través del Whasapp ni compartiéndola en el Facebook y mucho menos con 140 caracteres del Twitter. Hay que armarse de valor, coger el “machao” y al monte a cortar los pinos.
Todo tiene que estar preparado para la Noche de Reyes. El pueblo es grande;recorrer todas las calles, casa por casa, dejar un ramo de pino, otro de laurel y una felicitación lleva su tiempo y su esfuerzo.
¡¡Hace frío!!¡¡Está lloviendo!! ¡¡Tabardo y botellas de coñac, somos los Quintos y Quintas de Castrocalbón!!…no sirven las escusas.
Todos asistirán a la Misa de reyes, exhaustos, cansados, sin dormir , pero con la satisfacción de haber cumplido con la TRADICIÓN.
Después de Misa, volverán a recorrer nuevamente el pueblo, casa por casa; pero esta vez para recibir el ánimo de los vecinos y recoger la propina, merecidamente ganada.
Desde hoy sois un nuevo eslabón de esta cadena que no podemos permitir que se rompa…
¡¡¡Enhorabuena quintos y quintas del 2016!!!
Recuerdo cuando los «quintos» pasaban pidiendo dinero para antes de ingresar cada reemplazo de Mili, pero ahora que no es obligatoria no viene a cuento.
Punto y aparte es lo que veo haceis, muy digno de admiración esa felicitación, que sin duda merece gratificación, lo que no le veo apropiado es el nombre. Una juventud que se preocupa en felicitar a sus vecinos es muy positivo.
Gracias Jesús. Es una tradición que se sigue manteniendo a pesar de que la mili ya no es obligatoria.